¿Qué significa ser becario?
(Por Asesoría Hipólito, su Asesoría en Sevilla)
Cuando una persona termina sus estudios, suele entrar en una empresa con un contrato de prácticas o como becario. Un becario es alguien que se está formando en su campo de trabajo. La empresa que le contrata le paga bastante menos o incluso nada por él, porque en su incorporación hay un intercambio: él recibe una formación relacionada con sus estudios, el trabajo al que se quiere dedicar, y la empresa tiene a cambio a una persona produciendo. La clave de ese contrato es que ambos, contratante y becario, lleguen a un acuerdo, que se dé tanto como se reciba: una persona que necesita mucha formación y apenas produce es normal que tenga una remuneración más ajustada o incluso nula, mientras que una persona que produce más, que ya se maneja con soltura, debería recibir una justa recompensa económica por su trabajo.
Después de esta breve introducción a la becaría, ¿está usted pensando en contratar a un becario para su empresa? En Asesoría Hipólito le ponemos al tanto de los requisitos que tiene que tramitar para tener trabajando y formándose a una persona en su negocio.
Tipos de contrato para emplear a un becario
Hay tres tipos de contrato para emplear a un becario. Los tres tienen aspectos en común, pero también hay algunos que los diferencian:
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Convenios con universidades
Los convenios con las universidades son una de las opciones más recurrentes para contratar un becario. Tienen como objetivo que los estudiantes puedan realizar prácticas en empresa y, para ello, se firman convenios entre la Universidad y la Empresa, al amparo de los Reales Decretos 1497/1981 y 1845/1994 que regulan los convenios de Cooperación Educativa. Solo podrían realizar prácticas en empresa los estudiantes universitarios que hayan aprobado el 50% de los créditos de la titulación que estén cursando.
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Contrato en prácticas
Con la opción de contrato en prácticas se persigue que los estudiantes complementen sus estudios con una práctica profesional adecuada al nivel de estudios que tengan. Es decir, que no es una experiencia laboral más, sino que se busca que esa experiencia actúe sobre los estudios cursados. El becario que firma este tipo de contrato es considerado como trabajador y, por tanto, está sujeto al Estatuto de los Trabajadores. Su labor está también legislada por otras normativas como el Estatuto del personal investigador en formación. Si además el empresario es un emprendedor, la Ley 11/2013, de medidas de apoyo al emprendedor y de estímulo al crecimiento y de la creación de empleo, también le afectará.
Se podrá hacer este tipo de contrato a quienes tengan un título universitario o de formación profesional de grado medio o superior (o títulos oficialmente reconocidos como equivalentes) y que no hayan pasado más de cinco años desde la obtención de dicho título (salvo que el trabajador tenga menos de 30 años).
Como cualquier otro contrato, el de prácticas debe quedar por escrito, aclarando la persona a la que se le hace el contrato, la duración del mismo y el puesto a desempeñar durante las prácticas.
Además de una buena oportunidad para captar talento joven e incorporar nuevos trabajadores a las plantillas, las empresas también pueden beneficiarse de diferentes incentivos por hacer contrato en prácticas. Un ejemplo práctico, si el beneficiario del contrato es menor de 30 años (o menor de 35 con discapacidad superior al 33%) se tendrá derecho a una reducción del 50% de la cuota empresarial a la Seguridad Social. Si el contrato lo firma un beneficiario del Sistema Nacional de Garantía Juvenil se aplicará una bonificación adicional a la reducción anterior del 50%.
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Contrato para la formación y el aprendizaje
El objetivo del contrato para la formación y el aprendizaje es la cualificación profesional de los trabajadores, en un régimen de alternancia de actividad laboral retribuida en una empresa, con actividad formativa recibida en el marco del sistema de formación profesional para el empleo o del sistema educativo. Este caso va más orientado a estudiantes no universitarios, más concretamente para los certificados de profesionalidad o título de Formación Profesional. De hecho, uno de los requisitos para poder firmar este tipo de contrato es que el futuro becario no tenga la cualificación necesaria para un contrato en prácticas. Por eso, en este caso el rango de edad oscila entre los 16 y 25 años y sin límite de edad para personas con discapacidad, colectivos de exclusión social en empresas de inserción y alumnos de Escuelas-Taller y Programas de Empleo-Formación.
La duración debe ser como mínimo de un año y de máximo 3 años con un salario que no sea inferior al Salario Mínimo Interprofesional.
Proceso para que el becario se incorpore a la empresa
Dependiendo del tipo de contrato que se le haya hecho al trabajador, hay un proceso para que el becario se incorpore a la empresa:
- Contrato en prácticas. El camino a seguir será similar al de cualquier otra contratación. Habrá que dar de alta al futuro becario en la Seguridad Social y presentar el contrato en el Servicio Público de Empleo Estatal. Eso sí, para poder realizar este tipo de contratación, como se ha explicado antes, el nuevo empleado debe haber completado sus estudios universitarios.
- Convenio universitario. La empresa debe aparecer en las bolsas de trabajo de las distintas universidades y registrarse en ella como entidad colaboradora. Una vez realizado solo quedará publicar una solicitud de candidatos en la que se especifique el perfil del becario que se requiera para trabajar en la empresa, y posteriormente comunicar a la universidad el resultado del proceso de selección.
¿Le ha quedado alguna duda sobre cómo contar con la ayuda de un becario en su empresa? Desde Asesoría Hipólito le ayudamos a fomentar el empleo joven. No vacile en consultarnos cualquier cosa. Estamos aquí para ayudarle.
Para más información:
No sabía que existían tantos tipos de contratos para ser becario. Mañana tengo una entrevista de trabajo para unas prácticas y me viene muy bien saberlo. Muchas gracias.
Acabo de entrar como becario en una empresa a raíz de las prácticas de la carrera, por un convenio de la universidad, y aunque no sean prácticas remuneradas (cosa que no entiendo) estoy realmente contento porque por lo menos estoy aplicando los conocimientos adquiridos en la carrera en la vida real.