¿Cómo lidiar con los clientes morosos?
(Por Asesoría Hipólito, su Asesoría en Sevilla)
Aunque antes no era tema a tener muy en cuenta, la crisis económica ha hecho que los empresarios sean cada vez más consciente de que los clientes morosos suponen un problema. El aumento de la morosidad y de los retrasos en los pagos hace más daño a los autónomos y a las pymes, que han visto en ocasiones cómo los continuos impagos los han empujado a cerrar sus negocios o a entrar en concurso de acreedores.
Según los datos oficiales, el 90% de las empresas medianas sufren impagos reiterados. Si hablamos de empresas pequeñas, el dato es algo menor: un cuarto de ellas tienen clientes morosos. Según la Comisión Europea, cerca del 30% de los cierres de pymes están relacionadas con los impagos y la morosidad.
El plazo límite para pagar una factura a una empresa es de 89 días, plazo demasiado extenso para las empresas que no pueden hacer frente a sus gastos y no ven cómo salir a flote. En Asesoría Hipólito tratamos hoy el problema de la morosidad y damos consejos para lidiar con los clientes morosos.
¿Qué tipos de clientes morosos hay?
Podemos distinguir hasta cinco tipos de clientes morosos, dependiendo de su solvencia, su endeudamiento y su liquidez.
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Morosos intencionales
Los morosos intencionales son los que pueden pagar su deuda pero no quieren hacerlo. Retrasan el pago todo lo posible gracias a la buena disposición de sus acreedores.
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Morosos fortuitos
Por el contrario, los morosos fortuitos no pueden saldar sus deudas por falta de liquidez. Este tipo de clientes pide alargar los plazos, prometiendo cumplir con su responsabilidad siempre y cuando se le conceda tiempo y facilidades para poder hacer frente a la deuda.
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Morosos despreocupados
Los morosos despreocupados no saben que tienen un pago pendiente debido a su desorganizada gestión. Son los conocidos como morosos despistados, que tienen voluntad de pagar pero olvidan su responsabilidad.
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Morosos negligentes
Los morosos negligentes son aquellos clientes que no muestran la intención de saber qué pago pendiente tiene. La poca liquidez que tengan, la utilizan para otros gastos.
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Morosos circunstanciales
Los morosos circunstanciales son aquellos que bloquean de forma voluntaria los pagos tras producirse una falla o un error en los servicios o productos adquiridos. Normalmente pagan una vez se soluciona el problema.
¿Cómo cobrar ante un cliente moroso?
Si se encuentra de frente con un cliente moroso, asegúrese de ser el primero en su lista de cobros. En general, cuando un cliente deja de hacer frente a sus pagos, lo hace con varios empresarios. Por ello, al tener que cobrar usted competirá con otros trabajadores en la misma situación. Cuanto más tiempo tarde en reclamar su deuda, menos posibilidades habrán de cobrarla. Hay varios factores a tener en cuenta cuando nos enfrentemos a la morosidad, como son la cercanía, conocer las razones de la deuda y evitar prescripciones.
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La cercanía
La cercanía con el cliente moroso es fundamental. A más distancia nos separe geográficamente de nuestro cliente, más tardaremos en cobrar el impago. Si la empresa a la que el cliente debe dinero se encuentra a cientos de kilómetros de su residencia habitual, es bastante probable que retrase el pago.
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Conocer las razones de la deuda
Conocer las razones de la deuda también es fundamental para hacer frente al pago. Si el cliente moroso no puede hacer frente a los pagos por un problema de solvencia, el empresario deberá atender a dicha situación y buscar soluciones posibles para recibir su dinero tan pronto como sea posible.
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Evitar prescripciones
Es necesario conocer la normativa española en su sector para así evitar prescripciones. En general, las deudas prescriben en 15 años; pero hay determinados sectores y Comunidades Autónomas donde esos plazos se acortan. En el caso del transporte de mercancías y viajes, la prescripción de deuda es de seis meses. Si bien es cierto que puede interrumpirse una prescripción, es necesario que se haga en plazo y formalmente.
¿Qué pasos debo seguir para gestionar la deuda con un cliente moroso?
Para gestionar la deuda con un cliente moroso, debe comenzar por hablar con el mismo. Lo principal es intentar solventar el problema mediante el diálogo. En la conversación habrá que reseñarle que existe una cuenta pendiente y que es necesario que haga frente a ella en un plazo de tiempo determinado para no recurrir a mecanismos legales.
En caso de no recibir respuesta, deberemos mandar una carta formal certificada y con acuse de recibo, repitiendo el contenido pero formalizando ya el proceso. Si tras el plazo estipulado no se recibe respuesta, antes de entrar en vía judicial podemos volver a mandar una segunda carta o, preferiblemente, un burofax con acuse de recibo y certificado del contenido. El burofax nos podría servir en un futuro si emprendemos acciones legales. Se pueden mandar hasta un máximo de cuatro cartas, subiendo siempre el tono de la reclamación.
Si queremos evitar la vía judicial y aún no hemos conseguido que se efectúe el pago por parte del cliente moroso, podemos comenzar un proceso monitorio por vía civil, que no requiere intervenciones de abogados en un inicio. Será necesario aportar las pruebas de la deuda, entre las que se encuentran facturas, burofax, contratos, mails, etc. Este procedimiento no es ni rápido, ni gratuito.
En Asesoría Hipólito recomendamos solucionar el problema con los clientes morosos a través de la vía amistosa. Existen empresas especializadas en la caza de morosos, pero a fin de cuentas son tan caras como el proceso judicial y usan métodos menos recomendados.
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